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Diligencia debida ESG: Una ventaja estratégica, no sólo un requisito

La normativa puede cambiar, pero la diligencia debida en materia de ASG sigue siendo esencial para gestionar el riesgo, proteger la reputación y garantizar la resistencia a largo plazo.

La UE ha propuesto ajustes destinados a racionalizar y simplificar los requisitos de información y diligencia debida en materia de sostenibilidad: el paquete “Omnibus”. Hemos hablado con las expertas en diligencia debida ESG Theresa Gigov, Directora Asociada de LRQA, y Laura Curtze, Directora Asociada de Ergon Associates (una empresa de LRQA), sobre por qué esta actualización propuesta puede cambiar el panorama normativo previsto para las grandes empresas internacionales, pero no cambia sus responsabilidades fundamentales en relación con sus empleados, el medio ambiente y las cadenas de suministro, ni elimina los claros beneficios de contar con una sólida gestión de riesgos y estrategias de sostenibilidad. 

“Los inversores, los reguladores, los clientes y los empleados siguen exigiendo mayores compromisos en materia de ASG, lo que deja claro que la sostenibilidad es un imperativo empresarial a largo plazo”, explicó Laura. Un estudio de 2024 de KPMG reveló que el 71% de los negociadores han aumentado su atención a los factores ASG en las transacciones del último año, lo que refleja la continua relevancia financiera de la sostenibilidad. Además, el Informe sobre Comercio Mundial 2024 del Instituto Thomson Reuters reveló que el 81% de las empresas consideran que los factores ASG son importantes o muy importantes en la selección de proveedores. “La Guía de Debida Diligencia de la OCDE (2018) y los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (2011) establecen una clara responsabilidad para que las empresas lleven a cabo la debida diligencia y aborden los riesgos de derechos humanos en sus cadenas de suministro. Estos marcos sientan las bases de las prácticas empresariales responsables”, añadió Theresa. 

“Aunque el panorama normativo está evolucionando, sigue habiendo razones de peso para que las empresas adopten un enfoque estratégico y basado en el riesgo para gestionar los riesgos relacionados con los derechos humanos, el medio ambiente y la gobernanza. A continuación se exponen algunos pasos claros que, en nuestra opinión, las empresas pueden dar para impulsar acciones significativas en tres áreas críticas, basándonos en nuestra experiencia y nuestros conocimientos”, señaló Laura. 

1. Aplicar un enfoque basado en el riesgo para identificar los impactos adversos en la cadena de valor de nivel-n. 

Las empresas que operan a través de complejas cadenas de suministro mundiales suelen tener miles de proveedores, por lo que no es realista evaluar a todas las entidades con el mismo nivel de escrutinio. Un enfoque basado en el riesgo ayuda a las empresas a priorizar dónde son más necesarios los esfuerzos de diligencia debida en función de la gravedad, la probabilidad y la influencia en el negocio.  

Consideraciones clave: 

Mapear toda la cadena de valor: Las empresas deben ir más allá de los proveedores de primer nivel y evaluar los riesgos en los eslabones más profundos de la cadena de suministro, sobre todo en la fase de las materias primas, donde se producen algunos de los mayores riesgos de vulneración de los derechos humanos y del medio ambiente. Según el informe 2025 Top Trends in Supply Chain Sustainability (Principales tendencias en sostenibilidad de la cadena de suministro 2025), el 60 % de las regiones de aprovisionamiento presentan un riesgo alto o extremo de infracciones relacionadas con el medio ambiente, como una mala gestión de los residuos, emisiones a la atmósfera e infracciones en materia de aguas residuales. Una atención limitada a los riesgos de nivel 1 en el marco de los debates normativos actuales puede debilitar la eficacia de la diligencia debida: las empresas deben mantener de forma proactiva una visibilidad más profunda de la cadena de suministro. 

Priorizar las zonas de alto riesgo: Utilice criterios de gravedad y probabilidad para concentrar los recursos donde los riesgos son mayores: por ejemplo, trabajo forzado, jornadas laborales excesivas y deforestación en regiones de abastecimiento específicas. Según Vanguard, abordar estos riesgos de nivel profundo puede ayudar a las empresas a mantener la expectativa de que son más resistentes a los riesgos, atraer a clientes fieles y mantener una ventaja competitiva. 

Mejorar la trazabilidad cuando sea necesario: La transparencia total no siempre es posible (o necesaria), pero las empresas deben establecer mecanismos para rastrear los factores de riesgo en los niveles 2, 3 y superiores de las cadenas de suministro en los que la trazabilidad es necesaria para mejorar la comprensión de los riesgos y la influencia sobre ellos. 

2. Centrarse en la prevención y la mitigación: Cómo determinar medidas eficaces 

La adopción de un enfoque basado en el riesgo y la realización de la diligencia debida sólo son eficaces si conducen a la adopción de medidas reales. Las empresas necesitan estrategias claras y prácticas para mitigar los riesgos detectados en sus cadenas de suministro, pero también en relación con sus cadenas de valor más amplias -anteriores y posteriores- y sus propias operaciones. La clave del éxito es adoptar un planteamiento a medida, basado en los riesgos, que dé prioridad a las soluciones más eficaces para cada escenario. 

He aquí algunas de nuestras mejores prácticas para una prevención y mitigación eficaces: 

  • No existe un enfoque único de la diligencia debida. Las empresas deben adaptar sus medidas de respuesta a riesgos específicos, teniendo en cuenta su sector, la geografía en la que operan, la complejidad de la cadena de suministro y las expectativas de las partes interesadas. En lugar de aplicar un conjunto fijo de medidas, las empresas deben utilizar toda la gama de herramientas disponibles para abordar los retos con eficacia. 
  • El establecimiento de prioridades y secuencias es fundamental. La planificación temprana de las medidas garantiza que los recursos se destinen a los ámbitos en los que tienen mayor impacto. Implicar a los equipos pertinentes desde el principio fomenta el sentido de pertenencia y permite identificar victorias rápidas que impulsan el aprendizaje y demuestran el progreso. 
  • Piense en términos de resultados e impactos, no sólo de aportaciones. Hay que centrarse en la reducción real del riesgo y en el impacto real de las actividades, en lugar de limitarse a rellenar listas de comprobación. Para ello, un primer paso importante es el establecimiento de prioridades y la secuenciación es clave para identificar qué cambio pretende lograr una empresa y quién debe participar, tanto dentro como fuera de la empresa. Cuestionar los supuestos sobre cómo se produce el cambio ayuda a establecer objetivos claros y alcanzables y apoya la innovación. 

3. Piense en el riesgo residual y los impactos, así como en las posibles limitaciones 

Incluso con los marcos de diligencia debida más sólidos, las empresas no pueden eliminar el 100% de los riesgos: siempre quedará algún riesgo residual. La clave está en comprender, documentar y gestionar estos riesgos con eficacia. 

Estrategias clave para gestionar el riesgo residual: 

  • Reconocer la «obligación de medios»: No se espera que las empresas resuelvan todos los problemas ASG, pero deben demostrar esfuerzos constantes y proactivos para abordar los riesgos. 
  • Utilizar la participación de las partes interesadas, los mecanismos de reclamación y las iniciativas sectoriales: Las herramientas y la participación de los trabajadores, los mecanismos de reclamación, la participación de la comunidad, los sistemas de denuncia de irregularidades y las colaboraciones entre múltiples partes interesadas pueden ayudar a las empresas a identificar y mitigar los riesgos e impactos residuales a lo largo del tiempo, así como a descubrir problemas que su evaluación no había detectado anteriormente. 
  • Asegúrese de que la gestión de riesgos es continua y amplia, no periódica: Limitar la diligencia debida a los proveedores contractuales o a intervalos de tiempo determinados puede conducir a un mayor riesgo residual: las empresas deben mantener una supervisión continua, especialmente durante los cambios geopolíticos o de modelo de negocio (por ejemplo, fusiones y adquisiciones, reestructuración de la cadena de suministro, etc.). Del mismo modo, restringir la diligencia debida únicamente a las cadenas de suministro pasa por alto algunas de las áreas de riesgo e impacto más significativas para muchas empresas, incluidas las operaciones propias, los contratistas y las actividades comerciales derivadas. 

Conclusión: La diligencia debida en materia de ASG debe ser proactiva, basada en el riesgo y continua. 

«Aunque los debates normativos pueden alterar los requisitos técnicos de la diligencia debida, los riesgos fundamentales de las cadenas de valor -violaciones de los derechos humanos, daños medioambientales y fallos en la gobernanza- no van a desaparecer», resumió Laura. 

Theresa añadió: «Las empresas que adopten un enfoque de la diligencia debida basado en el riesgo, orientado a la acción y continuo reforzarán sus operaciones comerciales y la resistencia de la cadena de suministro, mantendrán el cumplimiento de las normativas en evolución y salvaguardarán su reputación y la confianza de los inversores.» 

En LRQA, apoyamos a las empresas en la aplicación de estrategias ESG creíbles y basadas en el riesgo que van más allá del cumplimiento, porque una diligencia debida sólida tiene que ver con el impacto, no sólo con las obligaciones.

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