En esta primera entrega de una serie de tres sobre las complejidades y oportunidades del hidrógeno y su papel en un futuro con balance cero, Leanne Halliday, experta global en hidrógeno de LRQA, analiza su posición en la combinación energética.
En esta primera entrega de una serie de tres sobre las complejidades y oportunidades del hidrógeno y su papel en un futuro con cero emisiones netas, Leanne Halliday, experta global en hidrógeno de LRQA, analiza su posición en la combinación energética más amplia en el contexto de otras fuentes de energía, así como algunos de los avances destinados a apoyar el aumento de la producción de hidrógeno.
Una parte de una solución más amplia
El sector del hidrógeno está experimentando una importante expansión, con previsiones que indican la realización de 1.780 proyectos de hidrógeno de aquí a 20401. Esto representa un crecimiento sustancial del 40% interanual en el número de proyectos proyectados en los últimos 24 meses, lo que indica una amplia demanda en la industria. A pesar de estas prometedoras perspectivas, el sector se enfrenta a una serie de retos: sólo el 4% de los proyectos de más de 10 megavatios han alcanzado la fase de decisión final de inversión (FID, por sus siglas en inglés)1.
El sector del hidrógeno apunta a una expansión significativa, con proyecciones que indican la realización de 1.780 proyectos de hidrógeno para 2040.
Un factor que contribuye a ello es la respuesta más lenta de lo esperado de la cadena de suministro a la hora de ofrecer innovación para reducir el coste de la ampliación y, por tanto, la capacidad de atraer financiación, lo que ha provocado que menos proyectos avancen hasta la fase de construcción. Existe una necesidad clara y apremiante de educación, innovación y estabilidad para aprovechar todo el potencial del mercado del hidrógeno y su papel en la consecución de los ambiciosos objetivos de producción con cero emisiones. A día de hoy, la producción mundial actual de hidrógeno va a por detrás de las ambiciones y objetivos climáticos. A pesar de ello, el hidrógeno puede desempeñar un papel importante en la consecución de un futuro con cero emisiones, pero es sólo una pieza de un rompecabezas mayor. El mundo se ha fijado objetivos ambiciosos para frenar las emisiones y combatir el cambio climático y, aunque el hidrógeno ofrece una vía para ayudar a cumplir con estos, es esencial reconocerlo como parte de una solución más amplia. La tecnología establecida en torno al hidrógeno, incluida su producción, almacenamiento y transporte, significa que no es sólo una idea prometedora, sino una solución lista para su aplicación.
Ventajas comparativas
La transición mundial hacia una energía más limpia exige que evaluemos el potencial del hidrógeno en el contexto de las alternativas disponibles. El reto principal radica en alcanzar los objetivos de cero emisiones netas manteniendo la eficiencia y la viabilidad económica de las soluciones. La realidad actual es que abordar el cambio climático podría exigir que los consumidores acepten costes energéticos más elevados. No obstante, el hidrógeno presenta varias ventajas claras frente a sus homólogos. A diferencia de la energía eólica o solar, que exigen grandes extensiones de terreno y condiciones ambientales específicas, las operaciones con hidrógeno pueden ser más localizadas y a menor escala. Tiene el potencial de reducir significativamente la huella de carbono en industrias con un elevado consumo de energía, como la producción de acero. Además, a diferencia de algunas fuentes renovables, el hidrógeno puede producirse en un lugar y consumirse en otro, gracias a su transportabilidad mediante portadores como el amoníaco o el metanol.
Avances en la producción de hidrógeno
Aunque es posible que el hidrógeno no sea el único motor de un futuro con cero emisiones netas, es innegable que desempeñará un papel fundamental. Su preparación tecnológica, su adaptabilidad a distintos sectores y su facilidad de transporte lo convierten en uno de los principales contendientes en el panorama de las energías renovables. Sin embargo, un enfoque global que aproveche todas las fuentes renovables disponibles será crucial para un futuro verdaderamente sostenible.
La preparación tecnológica del hidrógeno, su adaptabilidad a distintos sectores y su facilidad de transporte lo convierten en un actor principal dentro de las energías renovables.
La tecnología de producción de hidrógeno existe desde hace muchos años, con técnicas como la electrólisis, la SMR y la gasificación del carbón. Sin embargo, a medida que el mundo mira al hidrógeno como una posible fuente de energía primaria, se hace más hincapié en aumentar la producción y hacerla rentable. Por ejemplo, mientras que la capacidad mundial actual de producción por electrólisis es de 14 gigavatios al año, los objetivos futuros exigen un aumento sustancial hasta los 70 gigavatios anuales. Por ello, las innovaciones se centran en mejorar la eficiencia de la producción. Además, están surgiendo soluciones innovadoras de almacenamiento, cada vez más sólidas. Un avance interesante es la extracción de hidrógeno "dorado" natural de debajo de la superficie de la Tierra, aunque las operaciones a escala comercial generalizadas pueden estar aún a una década o más de distancia.
LRQA: su Partner para proyectos de hidrógeno
Cada proyecto de hidrógeno conlleva sus propios riesgos y desafíos, por lo que es esencial identificar los conocimientos técnicos necesarios en las primeras fases del proceso. Por eso, el equipo de expertos de LRQA colabora estrechamente con usted para comprender el alcance completo de sus planes. Basándonos en sus requisitos, podemos elaborar un programa de garantía de hidrógeno a medida que garantice que sus equipos, productos, actividades y cadena de suministro funcionan de acuerdo con los requisitos legales, las normas mundiales y las mejores prácticas del sector.
1LRQA Consulting Analysis, AIE, Consejo del Hidrógeno)